Barrio Chino

El Barrio Chino de Buenos Aires se encuentra dentro del barrio de Belgrano, en una franja que algunos consideran parte de Belgrano C y otros lo consideran parte del Bajo Belgrano. Su eje principal se encuentra sobre la calle Arribeños, entre Juramento y Olazábal (estas 2 cuadras se encuentran peatonalizadas desde el año 2015) expandiéndose por las calles transversales y paralelas. Se definió con ese nombre gracias a una oleada inmigratoria que se dio durante la década de 1980 en la que se establecieron muchas familias de inmigrantes asiáticos.


Estas familias chinas, japonesas, coreanas y taiwanesas cambiaron rápidamente la fisonomía del barrio con la apertura de numerosos restaurantes de cocina asiática, locales a la calle e incluso uno de los primeros templos budistas de la ciudad, el Templo Chong Kuan, inaugurado en 1988, sobre la calle Montañeses 2175.


La entrada principal del “Barrio Chino” se ubica en Arribeños y Juramento, cerca del acceso a los andenes de la estación de tren Belgrano C de la Línea Mitre, donde desde el año 2009 se levanta allí un arco alegórico para remarcar su acceso al barrio. A pocos metros de distancia se encuentran las Barrancas de Belgrano.


A diferencia de otros barrios chinos, como el de San Francisco, el de Buenos Aires surgió como una zona cultural y comercial, al combinarse la presencia de instituciones comunitarias y religiosas taiwanesas con locales comerciales de chucherías que buscaban captar a los pasajeros del tren.


Al día de hoy, el Barrio Chino es un importante punto turístico de la Ciudad, con una gran oferta gastronómica, comercial y cultural, que se transformó no solo en un punto de referencia de la cultura china sino de toda la comunidad asiática en general.


Esta zona fue tomando popularidad, sobre todo por su tradicional festejo del Año Nuevo Chino, que año a año fue congregando a un mayor número de personas. Sin embargo, no todos los vecinos estaban conformes con el carácter que iba tomando el barrio, ya que esas cuadras, tradicionalmente residenciales y tranquilas, de pronto se habían convertido en un centro comercial a cielo abierto, con los inconvenientes de tránsito y ruido que provocaba dicha transformación. Paralelamente, los comerciantes asiáticos fueron objeto de numerosas denuncias por parte de los vecinos, sobre todo, por las condiciones irregulares de varios locales y el estado de la mercadería que vendían.


En el 2006 la Secretaría de Planeamiento Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desestimó una solicitud presentada por comerciantes orientales para que ese sector fuese efectivamente considerado como barrio chino. La negativa oficial estableció que no correspondía esa catalogación a la verdadera estructura poblacional del barrio que estaba compuesta en su inmensa mayoría por habitantes que no tenían que ver con el mundo asiático. Según la Secretaría de Planeamiento, se trataba de un sector comercial oriental desarrollado únicamente en dos cuadras, similar a otras zonas comerciales de la Ciudad.


En 2009 se terminó la construcción del arco de acceso al barrio (intersección de Arribeños y Juramento) de once metros de alto y ocho de ancho, con mármol, columnas de cemento, leones de piedra tallada y diversos elementos representativos de la cultura china, como coronación de un espacio que ya tenía su marcada identidad cultural. Este hecho derivó en algunas denuncias por supuestas irregularidades en la donación del gobierno chino y de vecinos que no querían su construcción.


Su área de influencia se concentra en un radio de cuatro manzanas, aunque la actividad comercial allí es tan intensa, que esas pocas aceras concentran la mayor cantidad de restaurantes y supermercados asiáticos de la ciudad, además de un par de templos, negocios de chucherías y otros comercios para la comunidad.


Actualmente, la mayoría de los comercios abren todos los días, con excepción de algunos que cierran los lunes. Las principales actividades se realizan los fines de semana y feriados. ​También hay diversos locales de manga y anime. Y en los últimos años también han ganado fama sus pescaderías, debido a la gran cantidad de variedades y precios.


Durante las celebraciones del Año Nuevo Chino, el lugar se convierte en una gran peregrinación. Los festejos son organizados por la Asociación Barrio Chino de Buenos Aires, la Asociación Amigos del Barrio Chino de Buenos Aires y la Asociación Cultural Chino Argentina, con el apoyo del Ente de Turismo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el CGP N.º 13.


Los visitantes disfrutan del famoso baile del Dragón y a lo largo de las calles hay puestos donde la colectividad china-taiwanesa exhibe aspectos de su cultura. Además hay demostraciones de escritura con pluma, stands sobre la religión budista, astrología china, Feng Shui, stands de institutos de estudio de idioma chino y tradicionales puestos de gastronomía típica de ese país. Simbolizando la integración cultural entre Argentina y China hay shows de tango con músicos y bailarines de ambos países. Sin duda, un espectáculo muy pintoresco y atrayente para el público cada vez más adepto de la cultura oriental. Y que también se ha convertido en una gran atracción turística.


Al otro lado del Arco de Acceso del barrio Chino, donde antes circulaban las vías del tren Belgrano C, que fueron elevadas, se inauguró durante el año 2023 un nuevo paseo comercial y gastronómico “Vía Viva”. Este está ubicado debajo de la estación Belgrano C del ferrocarril Mitre, extendiéndose en forma paralela a la calle Arribeños, entre las calles Juramento y Sucre, que poblado de cervecerías, cafeterías y locales de comida callejera, expandieron el barrio Chino y, por sobre todo, le dieron una nueva vida. Se estima que a mediados del 2024 se completará el paseo extendiéndose hasta la Av. Dorrego.


Otro aspecto que distingue a “Vía Viva” del Barrio Chino tradicional es que ofrece algunos de los servicios que se pueden encontrar en un shopping, pero a cielo abierto. Así, el paseo cuenta con baños públicos y con un moderno sistema de monitoreo por cámaras.