Cafés y Bares San Nicolás

San Nicolás, es el barrio más céntrico de la Ciudad de Buenos Aires, alberga el Obelisco, el Teatro Colón y la Calle Corrientes. Junto con Monserrat, fueron los primeros barrios de Buenos Aires en ser poblados.


El barrio tomó su nombre actual hacia 1720, a partir de la construcción de la iglesia de San Nicolás de Bari, ubicada en la esquina de las actuales Carlos Pellegrini y avenida Corrientes. 


El siglo XX trajo consigo la transformación de la Ciudad, y con el trazado de la Diagonal Norte y el ensanchamiento de la Avenida Corrientes, la iglesia fue demolida y reconstruida en su ubicación actual, sobre la avenida Santa Fe, fuera del barrio al que dos siglos antes le había dado su nombre.


Dentro de este histórico barrio se pueden recorrer varios bares designados como “notables” por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Bares históricos con impronta propia que albergan gran parte de la memoria de esta ciudad.
A continuación te invitamos a conocer cada uno de ellos:


Le Caravelle Caffe


Lavalle, la primera peatonal de la ciudad de Buenos Aires, fue durante mucho tiempo la calle de los cines.  Precisamente por esos tiempos, en 1962, abrió sus puertas Le Caravelle Caffe, en Lavalle 726, a metros de la esquina con Maipú.


Hoy el Café conserva su espacio como ese entonces: una sensación de placidez y de familiaridad atemporal. Sobre la pared de la derecha, cuatro relojes iguales nos dan la hora en Buenos Aires, Roma, Madrid y Atenas.


Le Caravelle tiene dos barras, la izquierda corresponde al bar y sandwichería, y la venta de café en grano o molido. Por detrás de ella tres fotos iluminan el espíritu de la casa: una de Piazza Navona con la Fontana dei Fiume, con nuestro Río de la Plata incluido; otra de la fuente más grande de Roma: la Fontana di Trevi, y por último una de la escalinata de Piazza España.


La barra de la derecha corresponde a la cafetería propiamente, en su exhibidor asoman exquisitas medialunas de grasa o manteca. Aquí se consume de pie. En este sector una cafetera exprés Lagorio produce sin parar. Las tazas de café, tanto como las servilletitas de papel, tienen impreso el logo de Le Caravelle. Imperdible saborear su espectacular cappuccino.


Entre sus visitantes ilustres desfilaron los pintores Guido Cinti y Dante Anteo Savi, el grabador y arquitecto Alfredo Bollón, la fotógrafa Silvia Troian, el “bon vivant” Guido Gazzoli, y los escritores Michele De Nichilo y Claudio Sáez, entre muchos otros amantes del buen café, disfrutaron de este lugar.

Bar The Brighton

 

The New Brighton, ubicado en la calle Sarmiento 645, todavía conserva el ambiente de la “Belle Époque” porteña. Supo ser una sastrería de excelencia donde fueron atendidos desde ex presidentes hasta los reyes de España.

 

Años después de su fundación, en 1908, también funcionó allí el famoso restaurante Clark’s, del querido y entrañable cocinero Carlos Alberto “Gato” Dumas. En la entrada se encuentra una esplendorosa barra de cedro, adornada con columnas de un fino trabajo de ebanistería, rematadas por capiteles corintios de bronce. Arriba reinan tres plumas de avestruz talladas, obsequio del Príncipe de Gales, uno de los hombres más elegantes de su época. Por la tarde suena el piano de cola y se puebla de un público mayoritariamente masculino, mientras que al mediodía y a la noche se pueden comer platos de cocina internacional en un salón sumamente elegante.

Boston City Café


Bostón City café está ubicado sobre la calle Florida 165, dentro de la Galería General Güemes, que fue inaugurada en 1915. Esta galería es conocida también como Pasaje Güemes, y es parte de un magnífico edificio con influencias estéticas del art nouveau. La edificación posee un pasaje peatonal interior, de 116 metros de extensión, que une las calles Florida y San Martín y está considerada como el primer edificio de nuestro país construido íntegramente en hormigón armado y como uno de los primeros rascacielos de la Ciudad de Buenos Aires. En uno de los departamentos del sexto piso vivió durante parte de su estadía de quince meses en Buenos Aires, entre 1929 y 1931, el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, quien allí escribió el libro “Vuelo nocturno”.


En la actualidad, y desde hace casi cincuenta años, el café Boston City, abierto de lunes a viernes de 6:00 a 18:30 horas, atiende una numerosa clientela céntrica, integrada por actores, deportistas, artistas plásticos, oficinistas, ejecutivos y público en general.


El interior de la Boston City posee una importante barra central circular con tapa de cristal y frente de mármol con decoraciones geométricas en bajorrelieve. La otra barra, lateral y recta, de granito y madera, es para los tragos. Un pequeño desnivel, elevado, permite otra perspectiva desde sus nueve mesas. De allí, mediante una escalera recta, se llega al nivel superior, que en su planta repite las formas de las dos barras mencionadas.


Café con leche con medialunas, pasta frola, alfajores de maicena, palmeritas, bay biscuit, torta de manzana y de ricota, junto a los sandwiches de miga, los tostados, y los de pan negro, francés, árabe o pebete, forman parte de la oferta clásica porteña de la Boston City.


Desde el Café, además del magnífico acceso a los pisos superiores, que tienen entrada por la calle Bartolomé Mitre, se puede disfrutar de la Galería Güemes, con sus magníficas pilastras de mármol Botticino importado de Italia, las 36 vidrieras con carpinterías de bronce símil oro, los ascensores, las luminarias y sus dos cúpulas interiores, que lo convirtieron en uno de los edificios que ha sido protegido por el Gobierno de la Ciudad con registro estructural.

Café Los Galgos


Este clásico café de los hermanos Ramos, está ubicado en la planta baja del edificio de la esquina noreste de Lavalle y avenida Callao 501, que originalmente fue la residencia de la familia Lezama.


Inició su actividad en el año 1930 (antes allí había funcionado, primero una sucursal de la casa de máquinas de coser Singer y luego una farmacia). El local se ha mantenido en un buen estado de conservación, con los cambios necesarios de las diferentes actividades según las épocas.


Fue un inmigrante asturiano el que instaló el almacén y despacho de bebidas “Los Galgos”. En 1948, otro español, don José Ramos, adquirió el local y respetó su nombre.


La sobria y a la vez esmerada atención ofrecida en Los Galgos, junto a su clima tan particular (con sus sillas de madera, los dos galgos de porcelana, el elegante grifo de bronce con forma de cisne, las puertas vaivén, el retrato del infaltable Carlos Gardel incrustado en la boiserie, y los cuadros con surrealistas retratos de perro, lo hacen el preferido de muchos porteños a la hora de comer un buen sándwich especial en pan francés, o un triple de jamón y queso tostado, tomar un café con leche con medialunas de grasa o con pan y manteca; una cerveza, o disfrutar acompañado de un clásico vermouth con un triolé (con queso, aceitunas y maníes).


Allí concurrieron artistas como Enrique Santos Discépolo y Tania, vecinos del café (vivieron en Callao al 800); Julio De Caro, verdadero renovador del tango; Enrique Cadícamo y Aníbal Troilo; También fueron asiduos clientes: el Dr. Arturo Frondizi, presidente de la Nación entre los años 1958 y 1962; el Dr. Oscar Alende, recordado gobernador de la Provincia de Buenos Aires y fundador del Partido Intransigente; el Dr. Ricardo Balbín; el actor Osvaldo Miranda; el magnífico, y olvidado, escritor Abelardo Arias, Premio Nacional de Literatura con su novela Polvo y espanto; el pianista y compositor Mario Valdéz, quien solía reunirse a tomar un café con el trompetista Rubén Barbieri (compositor de la música de la película “El Perseguidor”, de Osias Wilensky, y hermano del famoso “Gato”); el gran Martín Karadagián, creador del recordado programa televisivo Titanes en el Ring; el pintor y escultor Santiago Cogorno y el periodista y escritor rosarino Reynaldo Sietecase, entre muchos otros.

Café Mar Azul


El edificio de departamentos de varios pisos de la esquina sureste de Rodríguez Peña y Tucumán (1700), obra del arquitecto Alejandro Enquin, da lugar en parte de su planta baja al café Mar Azul. Este comercio posee una original y sencilla ambientación característica de fines de la década del 40 y comienzos de los 50. Presenta un sector revestido con vidrios pintados, típicos de la época, y de los que ya no quedan muchos ejemplos en la Ciudad de Buenos Aires.


Aquí, comentaba el poeta Arturo Cuadrado, se había inspirado para escribir su poema Prohibido mirar, donde dice: “Mar azul. Cielo azul. Blanca vela…”


Sus anteriores propietarios fueron Maximino Gallo y Francisco González. En la actualidad el local está a cargo de Carlos Encina Alarcón, hombre experimentado del gremio, con veinte años de servicio en el entrañable Bar Británico.


Entre su variada clientela, Mar Azul es concurrido por estudiantes de las vecinas Asociación Dante Alighieri y Facultad de Derecho de la Universidad del Salvador.


Recordamos también, entre sus habitués, a la vecina escritora Martha Mercader; al diputado socialista Norberto La Porta; al periodista y poeta Enrique Symns; a la doctora Ana Suárez (en sus años de estudiante de Derecho), primera coordinadora de la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires; al escritor y poeta Carlos Penelas; a los destacados grabadores Anteo Silvio Savi y Cacho Gualco; al dibujante e ilustrador Carlos Panichelli y al escritor Gabriel Sánchez Sorondo, autor de “Buenos Aires populares”, una recomendable y bella guía de bares, cafés y restaurantes populares de nuestra ciudad.

Café Thibon


La familia Thibon se dedicaba al cultivo de la vid en su Francia natal y trajo a Buenos Aires en 1935 sus conocimientos sobre el tema. Tres años después, en 1938,  abrió el café que de nombre lleva su apellido y se destaca hasta la actualidad por su vinoteca. Pero no es todo: el café molido y tostado también se convirtió en un clásico para ser bebido en un ambiente agradable y con historia. Está ubicado en la calle Montevideo 723.


Federico Lorenzo, tercera generación, cuando tenía quince años comenzó a conocer el oficio del tostado de café y a los 20, cuando terminó la colimba, se metió de lleno en el negocio. Fue en 1975 cuando su padre le delegó el mando y hoy, con sus 71 años es quién se encarga del minucioso proceso del tostado del café y de conservar los secretos a lo largo de las generaciones.

London City


Este clásico bar del Centro de la Ciudad es uno de los lugares preferidos por todos aquellos que buscan un punto de reunión cerca de la zona bancaria de la City o como sitio de almuerzo de los empleados de las oficinas aledañas. Es que al estar ubicado en la estratégica esquina de Av. de Mayo 599 y Perú, el bar ha sido siempre testigo del incesante movimiento de esta zona, próxima a la Plaza de Mayo, en pleno corazón de la city porteña.


Inaugurado el 28 de Septiembre de 1954, “London City” fue refugio de poetas, artistas, políticos, que transitaban desde el Palacio Municipal hasta el edificio del Consejo Deliberante, periodistas que entraban y salían del vecino edificio del diario La Prensa y de los porteños y turistas que paseaban y trabajaban a lo largo de la histórica Avenida de Mayo.


Julio Cortázar fue uno de los tantos ilustres concurrentes a la Confitería London City. Precisamente su novela “Los Premios” (1960) fue planeada y redactada en alguna de sus mesas, sirviendo a la vez de lugar central en la trama de la obra.


El local forma parte del edificio donde alguna vez funcionó la famosa tienda Gath & Chavez. Hoy, parte de este inmueble histórico, que no incluye el local de la planta baja, pertenece a la compañía IRSA que alquila sus oficinas al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.