Leonardo Favio

Fuad Jorge Jury Olivera (Leonardo Favio) nació el 28 de mayo de 1938, en el distrito de Las Catitas, del departamento Santa Rosa, en la provincia de Mendoza. Vivió en un barrio pobre y complicado de Luján de Cuyo, y soportó el temprano abandono de su padre. Tuvo una niñez conflictiva y una serie de robos pequeños lo llevaron incluso a la reclusión carcelaria. Estudió un tiempo como seminarista y más tarde ingresó en la Marina, donde duró poco tiempo. Su madre, Manuela Olivera Garcés (Laura Favio), actriz, escritora y productora de radioteatros, solía conseguirle pequeños papeles escasamente remunerados en Mendoza, etapa en la que además comenzó a preparar sus primeros libretos.


Leonardo Favio se marchó a Buenos Aires. Trabajó de extra en la película “El Ángel de España” (1958), del cineasta Enrique Carreras, y luego, bajo el padrinazgo de Leopoldo Torre Nilsson, comenzó su carrera de actor participando en películas como “El secuestrador” (1958) y “Fin de fiesta” (1960), entre otras. Su dote de director nació con el cortometraje “El amigo” (1960), contando ya con una obra a cuestas, pero inconclusa: “El señor Fernández” (1958).


Favio logró obtener éxitos de la crítica y varios premios nacionales e internacionales. Fue reconocido como director de culto, formando parte de la segunda gama de directores que renovó el cine argentino. Entre los cabecillas de este nuevo cine en los años sesenta estaba su buen amigo y padrino Torre Nilsson y Fernando Ayala.


En 1965, con el guión aprobado por Torre Nilsson, estrenó  su ópera prima “Crónica de un niño solo”, producida por Luis Destéfano. Y en 1967 realizó “El romance del Aniceto y la Francisca”, con Federico Luppi, Elsa Daniel y María Vaner. Obras que fueron evaluadas entre las mejores de la historia del cine argentino.


En 1969 Favio estrenó El dependiente, basado en un cuento de su hermano y coguionista Jorge Zuhair Jury (también director, escritor, actor y pintor). La película fue catalogada por el entonces Instituto Nacional de Cinematografía (hoy INCAA: Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) de «exhibición no obligatoria», significando la supresión del apoyo oficial argentino hacia el filme.


Fue entonces cuando Favio, quizás motivado por las trabas económicas que el cine le estaba significando, decidió incursionar en el canto profesional, cosechando un éxito que le permitió, en numerosas oportunidades, solventar gran parte de sus películas.


Su debut como cantante fue en La Botica del Ángel, ubicada en Luis Saenz Peña 438 del Barrio de Monserrat, a manos de Eduardo Bergara Leumann. Ese mismo día un ejecutivo de la CBS le propuso grabar un disco, resultando el primer sencillo de Favio “Quiero la libertad”, que no recibió el éxito esperado. La productora entonces le aconsejó grabar “Fuiste mía un verano” y “O quizás simplemente le regale una rosa”, que fueron íconos de su primer álbum, también titulado “Fuiste mía un verano”, en 1968. El disco resultó emblemático, constituyendo el más clásico de sus repertorios. Tras su participación en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (en Chile), Leonardo consolidó su fama internacional. Como cantante y compositor fue uno de los precursores de la balada romántica latinoamericana en los años sesenta y setenta, alcanzando el éxito en toda América Latina.

Pero el cine seguía siendo su pasión. Luego de grabar su segundo álbum Leonardo Favio, en 1969, y en pleno apogeo de su éxito como cantante, dejó los escenarios para dedicarse por completo a su película “Juan Moreira” de 1973. Y luego su próximo film “Nazareno Cruz y el lobo” en 1975, que consolidó a Favio como director, siendo esta la película más vista en la historia del cine argentino.


En 1976, realizó “Soñar, soñar”, con Gian Franco Pagliaro y Carlos Monzón y, tras el golpe militar, Leonardo Favio tuvo que exiliarse. Dos años antes tuvo que hacerlo su primera esposa, María Vaner, que se exilió en España junto al hijo de ambos, Leonardo.


En 1976 dejó Argentina, exiliado por el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Durante el exilio comenzó una gira por América Latina, luego se estableció en la ciudad de Pereira (Colombia), desde donde realizaba giras por varios países del mundo, interpretando sus canciones. De regreso en Argentina, en 1987, retomó su carrera como realizador cinematográfico filmando “Gatica, el Mono” (1993). Película que parte de las escenas fueron filmadas en el estadio de Obras Sanitarias, ubicado en la Avenida del Libertador 7395 del Barrio de Nuñez. Esta obra, en 1994, ganó el Premio Goya a la mejor película extranjera. Paralelamente, Favio continuó la carrera de cantautor, esta vez en giras más cortas debido al tiempo que le demandaba el cine.


Entre 1996 y 1999 realizó un documental, que no tuvo estreno comercial, titulado “Perón, sinfonía del sentimiento”. En ella relata en cinco horas y cuarenta y cinco minutos la situación de Argentina entre la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la muerte de Juan Domingo Perón (1974).


En 2001, Leonardo Favio recibió el Diploma al Mérito de los Premios Konex como uno de los cinco mejores directores de cine de la década en Argentina.


Su última obra fue “Aniceto”. Allí Favio interpreta el tema musical que cierra el filme, el que a su vez es obra de su hijo, el músico y compositor Nico Favio (premio Clarín al artista revelación 2005 por Rodeado de Buenos Aires).


Luego de estar varias semanas internado por una enfermedad crónica, el 5 de noviembre de 2012, Leonardo Favio falleció de una neumonía a los 74 años en el Sanatorio Anchorena de Buenos Aires.​