Mercado de San Telmo

El Mercado de San Telmo, ubicado en la calle Carlos Calvo 455 (y Bolívar), es un tradicional mercado que resiste el paso del tiempo y que se ha convertido en uno de los lugares históricos de la ciudad de Buenos Aires. Está situado en el que fue el primer barrio de la ciudad, San Telmo. Cuenta la historia que allá por 1870, cuando sucedió la epidemia de la fiebre amarilla, las familias de clases acaudaladas que residían en la zona se trasladaron hacia el norte de la ciudad, dejando vacíos sus grandes caserones. Unos años más tarde, esos caserones se transformaron en conventillos que albergaron a las numerosas familias de inmigrantes que llegaron al país, mayoritariamente, desde Europa y Asia. Por lo que el nuevo Mercado de San Telmo, fundado en 1897, ayudó a proveer de alimentos a la numerosa inmigración que se asentaba en el barrio. Y reemplazó al mercado que antes se daba en la actual Plaza Dorrego.

En el año 2000, el Mercado fue declarado Monumento Histórico Nacional por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.


Aunque todavía conserva algunos antiguos comercios de venta de verduras y carnes con los que se provee a los habitantes del barrio, desde hace unos años y hasta la actualidad se ha transformado en un foco turístico donde conviven los anticuarios, locales con souvenirs, verdulerías y dos carnicerías, con innovadores locales gastronómicos.


Y es que a partir de la devaluación de 2001 se produjo un gran estallido de turistas que venían a la ciudad. Y los nuevos “hostels” y hoteles boutiques se llenaron de extranjeros buscando en San Telmo huellas de la ciudad vieja. Esta revalorización del patrimonio histórico tuvo sus impactos en el mercado inmobiliario y muchos residentes y negocios se encontraron abordados por un nuevo San Telmo para el turismo que, claramente, apuntaba a un público ampliado.


A partir de allí hubo una nueva revalorización del Mercado que produjo que los tradicionales puestos de verduras y carnicería comenzaran a convivir con nuevos locales gastronómicos. Esto produjo una convivencia entre los clásicos comerciantes y los nuevos, y entre los vecinos y consumidores tradicionales del viejo Mercado y los nuevos clientes, muchos de ellos turistas, atraídos por la historia del lugar y por las nuevas y variadas propuestas gastronómicas.

Fue así que, en torno al gazebo de “Coffee Town”, que domina el centro del mercado, se halla entremezclado con los tradicionales locales de carnicería, verdulería y pescadería, con las baguettes de masa madre de “Merci”, los platos vietnamitas de “Saigón”, la cocina callejera suiza de “Je Suis Raclette” y las tortillas españolas de “De Lucía”. Además de los locros, mondongos, guisos de lentejas y empanadas de “El hornero”, los fiambres, quesos y especias de “Verde Oliva”, y la pastelería artesanal de “Chantal”, entre muchas otras propuestas.


Esta convivencia produjo que el Mercado de San Telmo comenzara a perfilarse como un nuevo polo gastronómico, donde conviven quienes acercan su materia prima –carne, vegetales, semillas, bebidas, etc.– junto con aquellos que ofrecen una mesa para disfrutar de un desayuno, un almuerzo, una merienda o una cena, o simplemente de una cerveza, o un café al paso. Con una variada propuesta que recorre diversas geografías culinarias.


A su vez también se mantienen locales de venta de antigüedades, discos viejos, juguetes de antaño y artesanías que dominan los pasillos laterales.


El Mercado de San Telmo reúne la historia que transmite su espacio y su gente, combinado con la innovación de las nuevas propuestas gastronómicas. Sin dudas, características que atraen a recorrerlo y disfrutarlo.

El edificio del Mercado de San Telmo fue proyectado por el ingeniero arquitecto italiano Juan Antonio Buschiazzo para el emprendedor, también italiano, Antonio Devoto. Buschiazzo fue el segundo arquitecto en obtener su título en Buenos Aires, había llegado de Italia a los cuatro años y durante la intendencia de Torcuato de Alvear se desempeñó como director de Obras Públicas de la Ciudad. Diseñó bancos, hospitales, residencias y edificios gubernamentales, y fue, también, uno de los principales responsables del proyecto de Avenida de Mayo.


El cuerpo central del Mercado de San Telmo, con entrada por la esquina de las calles Bolívar y Carlos Calvo, data de 1897. Y en 1930 se le agregaron dos brazos con salidas por las calles Defensa y Estados Unidos.


La fachada es de estilo italianizante, con arcos de medio punto y orden toscano que alojan locales con acceso particular directo desde la vereda, que en su mayoría son bares. El edificio conserva su estructura interna original, formada por vigas, arcos y columnas de metal con techos de chapa y vidrio, y en el centro se alza una gran cúpula.