Marina Esther Traveso (Niní Marshall) nació el 1 de junio de 1903 en el barrio de Caballito, fue la hija menor de cuatro hermanos. Sus padres, Pedro Traveso y María Ángela Pérez fueron inmigrantes asturianos. Cuando apenas tenía dos meses su padre murió y luego la familia se trasladó a una casona de la calle Defensa 219 (actualmente Museo de la Ciudad), en el barrio de Monserrat. A los cuatro años, Marina fue inscripta en la Escuela Juan José Paso, donde demostró su interés por la actuación y un año más tarde hizo su primera presentación en el Centro Asturiano de Buenos Aires, en la calle Solis 475, también en el barrio de Montserrat.
En su niñez Marina inició sus estudios de danzas españolas, pintura, dibujo, canto, piano y aprendió idiomas tales como el francés, alemán e inglés. También lideró un grupo de niños llamados “Los Arribeños del Norte”, con la que desempeñaba pequeñas obras teatrales en el sótano de la casa de un tío, como entretenimiento. Luego de finalizar sus estudios primarios continuó en el Liceo Nacional de Señoritas N°1, en ese entonces ubicado en la calle Piedras 1049 del barrio de San Telmo, donde comenzó a diseñar sus primeros personajes, en general imitaciones de sus profesores.
Fue en esa institución donde se recibió de bachiller en 1921. Al terminar la educación secundaria, inició sus estudios en Filosofía y Letras, los cuales fueron interrumpidos cuando contrajo matrimonio en 1924 con Felipe Edelmann, un ingeniero de origen ruso mucho mayor que ella y educado en Alemania, con el que tuvo a su hija, Ángela Dora, en 1926. Marina vivía en ese entonces en La Pampa y regresó a Buenos Aires para dar a luz a su hija, cuando fue embargada su vivienda. Sumado a la muerte repentina de su madre en 1926, la relación con su esposo comenzó a declinar y se divorciaron. En sus memorias, Marshall definió esa etapa de su vida como una «catástrofe sentimental y económica». Se trasladó temporalmente a la casa de su hermana Blanca en Rosario, Santa Fe, y posteriormente, regresó con su pequeña hija a Buenos Aires para instalarse en una pensión y buscar empleo en los medios gráficos.
En la década de 1930 Inició su carrera como redactora en la revista Sintonía bajo el seudónimo de Mitzy. Incursionó como cancionista en una serie de programas radiofónicos hasta que sus dotes para la comedia la llevaron a participar como actriz y formar un dúo cómico con Juan Carlos Thorry.
Su apodo "Niní" surge de "Marinina", el nombre con el que su familia la llamaba de pequeña. Su apellido une la primera sílaba del nombre y el apellido de su segundo marido (Marcelo Salcedo) al que se le agregó una «h» y una «l» formando Marshall.
Su popularidad fue en aumento y Manuel Romero la incorporó como actriz protagónica y guionista en la película Mujeres que trabajan (1938). Entre 1939 y 1940, encabezó una trilogía dirigida por Romero que incluyó los filmes “Divorcio en Montevideo”, “Casamiento en Buenos Aires” y “Luna de miel en Río”.
Su observación detallada de las personas de aquellos tiempos, la llevó a crear dos personajes emblemáticos, Catita y Cándida, arquetipos de la inmigración europea del siglo XX, con los que intervino en gran parte de sus películas.
A comienzos de los años de 1940, encabezó las primeras superproducciones de la historia del cine argentino: "Hay que educar a Niní" en 1940, “Carmen” en 1943, y “Madame Sans Gene” en 1945, por la que obtuvo el premio a la mejor actriz cómica de la ACCA (Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina). También “Mosquita muerta” de 1946, todas dirigidas por Luis César Amadori.
Tras el golpe de Estado de 1943, Marshall debió exiliarse en México luego de que las autoridades consideraran el lenguaje utilizado por sus personajes como “una deformación del idioma”.
Su retorno al cine tuvo lugar en “Catita es una dama” (1956), que no tuvo el mismo éxito que sus películas anteriores. Sus siguientes actuaciones fueron en comedias de bajo presupuesto que tuvieron una mala recepción. En cambio, sus presentaciones televisivas en los años de 1960 en el ciclo de Nicolás Mancera, “Sábados circulares”, generaron una gran repercusión en el público.
En 1973, fue convocada por Lino Patalano para desarrollar un espectáculo de café-concert: “Y... se nos fue redepente”, que alcanzó más de 1500 presentaciones y le permitió llevar a escena todos sus personajes. A lo largo de su carrera teatral, por su parte, se destacó en “Coqueluche”, “Buenos Aires de seda y percal” y “La señora Barba Azul”. Su éxito como humorista le valió los apodos de “la dama del humor” y “la Chaplin con faldas”.
Niní Marshall se retiró del cine en 1980 después de filmar “¡Qué linda es mi familia!” junto a Luis Sandrini, aunque en 1985 publicó sus memorias y continuó trabajando esporádicamente en televisión hasta 1988. Los últimos años de su vida estuvieron marcados por los homenajes, entre ellos haber sido declarada «Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires» en 1989, y merecedora del premio Podestá a la Trayectoria en 1992. Cincuenta años de carrera profesional marcaron su trayectoria en radio, teatro, cine y televisión. Intervino en 38 películas, mayormente comedias (28 en Argentina, 9 en México y 1 en España).
Al momento de su muerte en 1996, Marshall era considerada una de las figuras del espectáculo más importantes y reconocidas de la Argentina. En la actualidad, un teatro en Tigre y una calle de Puerto Madero llevan su nombre a modo de reconocimiento.
Referencias:
Werchowsky, Florencia (2008). «Fascículo Ídolos del Espectáculo Argentino: Niní». Clarín.
https://blogs.lanacion.com.ar/archivoscopio/archivoscopio/ninimarshall-la-chaplin-con-pollera/